sábado, 15 de octubre de 2011

LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET





ALIMENTO PARA EL ALMA

Está escrito: “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de dios.”

Yo soy el pan de vida: si vienen a mí, nunca volverán a tener hambre espiritual y si creen en mí, jamás estarán sedientos espiritualmente.

Este es el pan vivo que ha descendido del cielo: si alguno comiera de este pan, vivirá para siempre. El pan que doy es mi vida, la cual doy por la vida del mundo.

Yo soy el pan de la vida, y las palabras que les hablo son espíritu y son vida.

Este, pues, es el pan que ha descendido del cielo: para que ustedes puedan festejar con alimento espiritual, y debido a esto, reciban vida espiritual y no mueran.

No gasten todas sus energías en comida que perece; mejor busquen la comida que permanece para siempre. Este es el alimento que el Mesías, el hijo del hombre, les dará, porque Dios el Padre le ha dado este poder.

Han oído que sus antepasados comieron el maná cuando estaban en el desierto, pero eso ocurrió muchos años atrás, y ahora ellos están muertos.

Moisés no pudo darles el verdadero pan del cielo, el cual mi Padre les ofrece a ustedes. Pues el pan de Dios es el que ha descendido del cielo, y da vida al mundo.

Si ustedes comprendieran el regalo de dios (y quién soy yo), me pedirían que les diera agua viva; porque el que bebe agua natural vuelve a estar sediento, pero el que bebe del agua que yo doy descubrirá que un manantial brota del interior de él, y que le da vida eterna.

Si están sedientos espiritualmente, vengan a mí y beban, porque los que en mí cree, como han dicho las Escrituras: “De sus entrañas fluirá ríos de agua viva.”

1996, R. L. Cantaleon




LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET





EL BUEN PASTOR


No teman, pequeña manada; es el placer de su Padre el darles el reino.

Yo soy el buen pastor. Conozco a los míos y ellos me conocen, así como el Padre me conoce yo lo conozco a Él. Yo doy mi vida por causa de las ovejas.
Mis ovejas conocen mi voz. Yo las conozco a cada una por nombre, y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna. Nunca serán destruidas, ni nadie podrá arrebatarlas de mi mano.

Mi Padre, quién me las dio, es más grande que cualquier reino o poder, y no hay fuerza que sea capaz de arrancar de sus poderosas manos ni aun a la más pequeña de mis ovejas.

Hay muchas ovejas que aun no están en el redil: tengo que congregarlas a ellas también. Ellas se regocijarán al escuchar mi voz, y habrá un solo redil, y un solo pastor.

Él que entra por la puerta al redil es el pastor de las ovejas. A él, el portero le abre la puerta, y las ovejas reconocen su voz. Él las llama individualmente por nombre y las saca y las guía a los prados verdes.

Cuando saca las ovejas a pastar, él va al frente de ellas. Ellas lo siguen, consoladas por las palabras que él les habla. Ellas no seguirán a un desconocido. Atemorizadas al escuchar una voz desconocida, las ovejas huirán en todas direcciones.

Yo soy el buen pastor, que deseo dar mi vida por las ovejas. El asalariado no es en verdad un pastor. No cuida de las ovejas como si fueran suyas; y huye cuando ve venir al lobo, dejando las ovejas desamparadas. El lobo las ataca, y ellas se dispersan en todas direcciones.

Yo soy la puerta al redil. Los que intentan entrar a este redil por otro medio son nada más que ladrones y saqueadores.

Teles eran los que vinieron antes que yo, pero las ovejas no los reconocieron ni los siguieron. Yo soy la puerta. Entren por esta puerta y serán salvos; libres para entrar y salir, y encontrar alimento.

Los ladrones vienen solamente a robar, a matar y a destruir: pero yo he venido para que puedan encontrar la vida en sus mayores riquezas.


1996, R. L. Cantaleon




LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET




EL PADRE

¿Qué piensas de Jesucristo? ¿De quién es Hijo?

Yo no he venido de mi propia cuenta, mas he sido enviado por Aquel, que es verdadero. Hasta ahora ustedes no lo han conocido como yo lo conozco, pero yo he venido a ustedes enviado por Él.

Nadie conoce quién es el hijo, sino el Padre: ni nadie pude conocer al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Él que me ha enviado está conmigo, Él no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a Él agrada.

Él me ha visto, ha visto al Padre; entonces, ¿por qué siguen diciendo: “Enséñanos el Padre”? ¿No creen que yo soy uno con mi Padre, y el Padre es uno conmigo?

Yo y mi Padre somos uno. Todo lo que tiene el Padre es mío. Yo he venido de mi Padre a este mundo; de nuevo dejaré a este mundo y volveré a mi Padre.

El hijo no puede hacer nada por su cuenta, mas hace todo lo que ve  que el padre hace; y ustedes presenciarán mayores obras que las que ya han visto. Porque como el Padre levanta a los muertos, y da nueva vida, así el hijo da nueva vida a los que quiere.

Esto que les estoy diciendo, es lo que les he estado diciendo desde el principio. Hay tantas cosas en sus vidas que yo pudiera condenar; pero yo he venido con otro mensaje, que me ha sido dado, por el único que es la Verdad. Este es el mensaje que yo predico al mundo.

Porque dios no envió al hijo al mundo para condenar al mundo; sino que mediante Él, el mundo pueda ser salvado. Él que cree en Él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado porque no ha creído en el nombre del único Hijo de Dios.

Yo no puedo hacer nada de mi propia cuenta; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del Padre que me ha enviado. Así como el Padre tiene el poder de dar vida; así el hijo tiene el don de vida; y le ha sido dada la autoridad para ejecutar juicio, porque Él es el Mesías, el Hijo del hombre.

Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre (en la cruz}, entonces sabrán que yo soy; y reconocerán que no hago nada de mi propia autoridad, sino les digo lo que mi Padre me ha enseñado.

1996, R. L. Cantaleon




LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET




LA PALABRA DE VIDA

El Padre, que me envío, me ha ordenado que decirles. Yo sé que sus palabras conducen a la vida eterna; así es que, todo lo que Él me ordena decir, lo digo.

Estas palabras que yo les hablo no son mías, sino que proceden del Padre, quien me ha enviado.

Los que oyen mis palabras, y creen en Aquel que me ha enviado, tendrán vida eterna; o serán condenadas, mas pasarán de muerte a vida.

¡Escuchen! La hora viene, y ya ha venido, cuando los muertos oirán del Hijo de Dios, y los que oigan su voz vivirán.

Escudriñen las Escrituras; porque en ellas ustedes piensan que encontrarán la vida eterna. Ellas dan testimonio de mí, sin embargo, ustedes vacilan en venir a mí, para que puedan recibir vida.

Aunque sin presentarse a ustedes directamente, ni hablarles personalmente, el Padre ha testificado de mí. Pero ustedes no le escuchan, rehusando creerme que fui enviado a ustedes con el mensaje de Dios.

¿Cómo es que algunos de ustedes hablan de Aquél que el Padre apartó para sí mismo y envío al mundo, diciendo: “El blasfema porque dice: ‘Soy Hijo de Dios’”?

Ahora les digo: yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie puede conocer al Padre a menos que yo se lo presente.

Sólo el espíritu da vida, mientras que la carne no cuenta para nada. Las palabras que les hablo son espíritu y vida.
Si alguno oye estas palabras y no cree, yo no le juzgo, porque yo no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo. Sin embargo, les advierto, que los que me rechazan y rechazan mis palabras darán cuenta: la verdad que yo he hablado será su juez en el último día.

Ciertamente los cielos sobre ustedes, y la tierra bajo sus pies un día pasarán, pero las palabras que les hablo no pasarán jamás.

1996, R. L. Cantaleon


LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET




LA REVELACIÓN

La hora viene en que el Hijo del hombre será revelado y glorificado.

Yo no busco mi propia grandeza; pero hay uno que busca exaltarme. Él es el juez de aquellos que me rechazan.
Sus leyes declaran que le testimonio de dos testigos es verdadero. Por consiguiente, yo doy testimonio de mí mismo, y el Padre, quien me envío también da testimonio de mí.

Se que el testimonio que Él ha dado de mí es verdadero. Por esto, no busco aprobación de las autoridades terrenales.

El que proclama su propia ideología, lo hace para obtener honor para sí mismo. Pero el que obra para la gloria y honor de Aquel que lo envío es verdadero, y no hay ninguna falsedad en él.

Yo no vine a ustedes por mi propia cuenta, sino que fui enviado por Aquel, quien es la Verdad. N o he descendido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad del Padre, quien me envío. Nací y vine al mundo con este propósito: ser un testimonio vivo de la verdad. Aquellos que aman la verdad me siguen.

Yo y mi Padre somos uno, y en su nombre he venido a ustedes para que puedan tener vida, para que la puedan tener más abundante. Yo soy la puerta. Cualquiera que entre por esta puerta será salvo.

Toda autoridad me ha sido dada tanto ene l cielo como en la tierra. Yo les doy vida eterna, las llaves del reino del cielo, y el poder sobre todos los poderes del enemigo.
Así es que, no dejen que su corazón se turbe o tenga miedo; mi paz les doy, una paz que supera grandemente a la que el mundo pueda darles.

Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres; y si el hijo de dios los liberta, serán libres en verdad.

Les digo esto a fin de que puedan tener fe para creer, y ser transformados.

Esta es la voluntad de Dios, que me ha enviado: que todos los que pongan su mirada en el Hijo, y crean en Él, tengan vida eterna; y si creen en mí, yo los levantaré en el día postrero. ¿Creen en el hijo de Dios? Es él quien les habla.

1996, R. L. Cantaleon


LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET




LA LUZ QUE HA ILUMINADO EL MUNDO


Yo he venido para ser la luz del mundo, para que cualquiera que crea en mi no permanezca en tinieblas. Yo soy la luz que ha iluminado el mundo; los que me siguen jamás volverán a caminar en tiniebla, mas vivirán en la luz.

Aquí descansa la prueba suprema: que la brillante luz ha venido a este mundo tenebroso. Pero los habitantes de este mundo aman más a las  tinieblas que la luz, porque sus obras son malas. Así es que, aquéllos que dedican su vida a la maldad odian la luz del día, estando siempre temerosos de que sus obras sean descubiertas y condenadas; mientras que aquéllos que practican la verdad vienen libremente a la luz para que sus hechos sean vistos, porque sus obras son agradables a Dios.

En una ocasión, ustedes fueron al desierto a ver al profeta, Juan el Bautista. El les testificó la verdad. El fue una luz ardiente y luminosa: y ustedes quisieron recrearse en su luz por un tiempo. Pero yo tengo mayor testimonio que juan; las obras que el Padre me ha dado para que ejecute, las cuales estoy cumpliendo, testifican que Él me ha enviado.

Si yo no hago las obras mi Padre, entonces ustedes están libres  para no creer. Pero, si hago esas obras, aunque ustedes no crean en mí, crean a las obras que yo hago, para que puedan conocer y creer que el Padre está en mí, y yo en Él.

Mientras es de día, tengo que hacer el trabajo de Aquel que me envío: porque la noche se acerca rápidamente cuando nadie podrá trabajar.

La lámpara del cuerpo es el ojo: si tu ojo es bueno, toda tu vida estará llena de luz, pero si tu ojo es perverso, toda tu vida estará llena de tinieblas; así es que, si lo que ilumina tu vida es tinieblas, ¡cuán grande es esa oscuridad!

¿No hay doce horas de luz en el día? Pues si caminan de día, no tropezarán debido a la luz de este mundo. Pero, sin embargo, si caminan de noche, caerán, porque no habrá luz para guiarles.

Caminen mientras tengan luz, de otra manera las tinieblas caerán sobre ustedes de repente. Los que caminan en tinieblas no saben por dónde van. Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en un foso.

Creen en luz para que puedan ser “hijos de la luz”

No encienden una vela para luego cubrirla con una vasija, ni la ponen debajo de la cama, sino que la colocan en un candelero, de modo que cuando ustedes o sus invitados entren a su casa tengan luz para ver. Tampoco encienden una vela y la ponen debajo de un canasto, sino que la colocan en un candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. ¿No comprenden que ustedes son la luz de este mundo? Ustedes son como una ciudad situada en una colina que no pueden pasar inadvertida.

Dejen que su luz resplandezca brillantemente delante de todos para que puedan ver sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos, porque lo que hagan en secreto será finalmente revelado, y aquello que está escondido un día será proclamado de confín a confín.

Lo que les digo en secreto, proclámenlo públicamente, y lo que oigan al Espíritu susurrar, grítenlo desde los tejado.

1996, R. L. Cantaleon


LAS PALABRAS JESÚS DE NAZARET




PRIMERA PARTE

EL CRISTO

“Yo los bauticé con agua, pero viene uno más poderoso que yo cuyo calzado yo no soy digno de desatar. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.” –Juan el Bautista

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres: él me ha enviado a sanar a los quebrantado de corazón, a predicar liberación a los cautivos, a dar vista a los ciegos, y a libertar a aquellos que están heridos. Me ha enviado a anunciar el día aceptable del Señor.” –Jesús de Nazaret

“Pues sólo hay un Dios, y un puente entre nosotros y Dios, el hombre cristo Jesús, el cual dio su vida para obtener libertad para todos nosotros.” –De la primera carta del apóstol Pablo a Timoteo.



1996, R. L. Cantaleon




  LO SIENTO. Hace muchos años cuando creí que era "totalmente iluminado" y "más allá del ego" (¿entiendes el chiste?) Yo...